sábado, 27 de septiembre de 2008

Alfredito 2011



El mediático y cómico dirigente de la federación agraria entrerriana después de sus vacaciones por los canales de televisión volvió con todo y tiro una bomba.

“Si te rodeas de buena gente, gente inteligente, bien intencionada, podés administrar una provincia. Y también me animaría a administrar un país", afirmó el ruralista. Consideró que para gobernar un país es necesario firmar "acuerdos con distintos sectores y le buscás la vuelta".

Después de estos graciosos comentarios nosotros sacamos nuestras propias conclusiones.
Que seria un país con este personaje que dice “le buscas la vuelta” como que si gobernar un país se tratara de cosechar soja.

Y hablas de gente “bien intencionada” cuando vos eras testaferro de Yabran.

Alfredito gobernar un país no es lo mismo que cortar rutas que dar discursos de cuarta que patotear y hablar de mas, se trata mucho mas que eso.

Desde este blog le decimos ALFREDITO ATERRIZA! Pero esta vez tene cuidado que no sea como la última vez.

viernes, 12 de septiembre de 2008

yankee GO HOME!!!!



la revolucion cada vez mas cerca...

martes, 9 de septiembre de 2008

¿El tiro por la culata?


Por Alejandro Rofman *

Finalmente, celebraron, cantaron, se abrazaron, pero lo que quedó como sanción legislativa a partir del voto decisorio del vicepresidente de la República les resultó, en resumidas cuentas, una sanción para ellos. El colmo fue que al sector con el que ellos se aliaron para la derogación de la Resolución 125 les vino como anillo al dedo. Salieron ganando. Se trata, en primer término, de la Federación Agraria Argentina, que asumió el papel de defensores de los “pequeños productores” sojeros y, en segundo lugar, a los integrantes de la burguesía media y alta del sector agrícola pampeano, representados por la Sociedad Rural Argentina y Confederaciones Rurales Argentinas, que aparecieron como los únicos y reales beneficiados de esa decisión legislativa.
¿Qué es lo que sucedió? Muy sencillo. Antes de la Resolución 125 los derechos a la exportación de la soja alcanzaban el 35 por ciento del valor de su comercialización para todos los productores, cualesquiera sea su tamaño productivo y su ubicación geográfica. Es decir, tal nivel de imposición tanto al pequeño como al mediano o al gran productor. La citada Resolución 125, con sus ulteriores modificaciones, beneficiaba a los pequeños productores de menos de 500 toneladas de producción de soja por campaña y, adicionalmente, beneficiaba a aquellos ubicados en zonas marginales del área productiva sojera del país, localizados fuera de la pampa húmeda. Así, los derechos respectivos se fijaban en un 30 por ciento al que había que agregar la devolución de un monto equivalente a los fletes que debía abonar por enviar su producción desde el predio propio hasta el centro de exportación. Para los productores de entre 500 y 1500 toneladas parte de estas ventajas se mantenían, de modo que su situación se diferenciaba netamente del resto de los dueños de predios que cultivaban soja. Para éstos –medianos y grandes productores– regía el sistema móvil, que suponía incrementos de los derechos de exportación por arriba del 35 por ciento a partir de una escala ascendente. Es decir, entre el antes y el después de la sanción legislativa, el pequeño productor perdió en torno de un 10 por ciento de sus beneficios, aunque terminó con una ganancia neta, dado que el precio internacional de la soja entre marzo y julio del año 2008 creció cerca del 30 por ciento.

Al mismo tiempo, los medianos grandes y grandes productores vieron incrementados sus ingresos netos al retrotraer los derechos de exportación al 35 por ciento, y además se vieron beneficiados con el alza de los precios internacionales.

Entonces no se explica la euforia de los dirigentes de la Federación Agraria Argentina, que lucieron muy alegres en la televisión la madrugada del 18 de julio. Objetivamente, se podría afirmar que el “tiro les salió por la culata”. Ellos perdieron con el voto negativo del Senado, mientras que los más grandes ganaron.

Pero, ¿qué razón o razones tienen que haber existido para que hayan celebrado Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli? Aquí se abre un territorio de conjeturas. ¿No será que el objetivo central de la protesta no era discutir porcentajes mayores o menores de derechos de exportación, sino políticas de captación de rentas extraordinarias? En otras palabras, al segmento de pequeños y medianos productores representados por la Federación Agraria Argentina es altamente probable que lo que más les interesaba era adherirse al bloque de poder agrario histórico que con su accionar pretende que –como siempre lo ha hecho– no se discuta en el país la redistribución de la riqueza. Esta puja entre el segmento de mejor desempeño económico de los últimos años y el Gobierno, que pretendió ampliar la imposición sobre la renta extraordinaria, tuvo más un escenario de disputa política que de discusión sobre más altos o más bajos porcentajes de derechos de exportación. Resulta claro que para los poseedores de la renta extraordinaria de la tierra pampeana es preciso marcar la cancha en momentos en que se ha puesto, en el centro del debate, la cuestión de la redistribución de la riqueza. Es decir, la cuestión del Poder. En estas circunstancias, los agentes económicos que otrora enfrentaban a los grandes propietarios de las tierras –ahora acompañados por el capital financiero destinado a la explotación sojera– se han acercado a sus antiguos oponentes, pues su modelo de producción y de gestión se ha ido asimilando cada vez más al de sus antiguos contrincantes. La puja contemporánea se constituye, así, en el preludio de otras disputas a futuro y, en ellas, las semejanzas entre pequeños productores capitalistas enriquecidos y la vieja estructura concentrada de la tierra pampeana, con sus recientes aliados, prevalecen sobre las diferencias.

Al borrarse las fronteras entre los intereses del que fuera pequeño productor cerealero de la pampa húmeda y los que siempre sostuvieron los dueños de la gran propiedad de la tierra rural, el fenómeno de la convergencia en las respectiva acciones reivindicatorias se fortalece. Esto se confirma con la elevada proporción de pequeños propietarios rurales que arriendan sus predios, incorporándose hoy como arrendadores afortunados (de 300 a 400 dólares la hectárea por campaña), cuando antes fueron arrendatarios de los que ahora son sus nuevos socios. Dejaron de ser modestos productores que trabajaban de sol a sol para convertirse en rentistas, con residencia urbana, o productores con el modelo tecnológico y la rentabilidad de los grandes. Entonces, verse “perjudicados” en el proceso de cambio de la legislación sobre derechos de exportaciones es un mal menor en aras de integrarse plenamente al campo de los ganadores de siempre. Además, el sistema de diferenciación de porcentuales de derechos de exportación implicaba la “formalización” de los productores favorecidos con los porcentuales reducidos, proceso que iba a dejar en descubierto todas las prácticas de evasión tributaria y la presencia de trabajo asalariado no registrado.

Entonces, el tiro no salió por la culata, sino que, por el contrario, resultó ser una decisión congruente con el objetivo real de la alianza social en marcha: consolidar un proyecto regresivo y conservador que alerte a la sociedad sobre los límites del proceso de redistribución de la riqueza.

* Investigador del Conicet

Fuente: Página/12

martes, 2 de septiembre de 2008

Cristina anunció que se cancelará la deuda con el Club de París


El anuncio fue recibido con un prolongado aplauso de los presentes en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno donde se encontraban gobernadores, empresarios, dirigentes sindicales, legisladores y la mayoría del gabinete nacional.

"La deuda con el Club del París como ustedes saben viene de larga data como otras tantas deudas que ha debido afrontar la gestión anterior y esta gestión", dijo Cristina. De inmediato recordó que "hoy leía en los diarios la frase que ayer decía el presidente del Banco Central Martín Redrado acerca de que el pasado nos condena y tenía razón".

Cristina agregó también que "la deuda con el Club de París es aproximadamente de 6.706 millones de dólares y tiene fecha de corte el 10 de diciembre de 1983; es decir que tiene la misma edad de nuestra democracia y además el 45 por ciento de esa deuda incluso es anterior al 10 de diciembre de 1983".

La presidenta agregó que "esta deuda debe ser una de las mas genuinas porque fue para prefinanciación de exportaciones y no es por lo tanto una deuda financiera" y subrayó que "la última reestructuración fue de 1991 y 1992 pero el resto era objeto de permanentes negociaciones hasta el default del 2001 y hoy esa deuda está defaulteada, pero nunca estaba abordada".

"Como ustedes verán, Redrado tenía razón; el pasado nos condena" dijo. La presidenta explicó además que "hemos creído que este es otro paso fundamental en una política de Estado que tiene que ver con el desendeudamiento que tuvo origen y comienzo cuando se renegoció la deuda soberana con la quita más importante y el segundo paso fue el pago de la misma manera al FMI".

"Esa decisión reafirma también la voluntad de pago de la Argentina" subrayó Cristina y sostuvo que "pone a todas las empresas con la posibilidad de financiamiento, pero lo que trasunta es la decisión estratégica para avanzar en la industrialización con movilidad ascendente en un trípode de una sociedad en desarrollo".

"Se pueden hacer muchos discursos en lo social, pero si el país no cuenta con el financiamiento necesario todo queda en voluntarismo", subrayó.